miércoles, 14 de noviembre de 2012

Pesadilla gramatical (sainete morfológico-lingüístico)


(Dos personas en una parroquia: una de ellas, un cura)

Cura: -Hoy hablaremos del Divino. ¿Qué quiere decir que hablaremos del "Divino"?
Sujeto 2: -Es una gran incognita de la existencia húmana.
C: -La gran perdida de la inócencia.
S2: -Sí, la gran perdida de la Inócencia... La conocí de grande a la Inócencia, ¡más cerca del arpa que de la guítarra!
C: -¿Era música?
S2: -Sí, tocaba la lira... Más cerca del arpa, sin dudas.
C: -¿Y vivía sola?
S2: -No, no, con su marido. Ambos di-vinos: dos vinos por noche, y a dormir...
C: -Ya que hablamos de divinos...
S2: (Lo interrumpe) ¡Alcohol! ¡Sí! (Demuestra felicidad).
C: -No, por favor... Hablemos del Señor...
S2: -Sí, el señor había sido músico también, toda su vida. Toda una trayectoria hecha ya, vea usted.
C: -No, el otro señor...
S2: (Con cierta sorpresa) -Mirala vos a la Inócencia, no era nada ból...
C: (Lo interrumpe) -¡Me refiero a Su Santidad!
S2: -¿Al Papá?
C: -¿Al papá de quién?
S2: -Al que vela por la Santa Sedé, allá en el Vaticano...
C: -No conozco ninguna santa que se dé. Discúlpeme (Con cierta irritación).
S2: -Debe haber, seguro, ¿no vio ese humo blanco que sale de la chimenea? De vez en cuando, yo no quiero ser grosero, pero de vez en cuando se dan... (Imita la pitada de un cigarrillo de marihuana).
C: -¡Santa Marihuana! (Tomándose la frente)
S2: -Y... Será esa, nomás...
C: -Me refería a Su Santidad, al Señor del Universo, el que no es papá biológico de nadie...
S2: -¡San Estéril!
C: -No, querido amigo, hablo del Señor Máximo de la Tierra... ¡Padre, Hijo y Espíritu Santo! (Aprieta los dientes, casi con furia)
S2: -Pero... ¿No era que no había tenido hijos? Usted me confunde.
C: -Vea, amigo... No tuvo hijos propios, pero concibió en María, por obra y gracia del Espíritu Santo, a un niño. De primer grado, señor...
S2: -¡Vamos, vamos! Sabemos que no tiene nada de santa la concepción, ¿eh?
C: (Enojado) ¡Pero esto fue diferente! ¡Estoy diciendo que el Divino concibió a un hijo que luego murió crucificado, fue sepultado y resucitó al tercer día! ¡El pan es su cuerpo y el vino, su sangre! ¡Las Escrituras hablan por mí!
S2: -Encima era Escribano, para variar... (Menea la cabeza, contrariado). A ver, a ver, recapitulemos: si este hijo suyo tiene en su sangre el vino, quiere decir que el Di-vino tiene en la suya el doble de vino, por lógica derivación. O sea que tenemos dos opciones: o era el doble de "Señor" -tal vez "Señor al cuadrado"-, o bien el doble de borracho, si tenía el doble de vino.
C: (Furioso) -¿Cómo se atreve a hablar así de Dios? ¡Insolente!
S2: -¿Di-"hoz"? (Frunce el ceño, sin comprender) Yo digo "hoz", ¿también este tipo cortaba el pasto? (Imita el acto de segar la maleza con las dos manos) Así que vivía de changas y se la pasaba tomando... Un vago, bah...
C: -¡Insolente! ¡Yo me retiro, hasta aquí llegué, no soportaré esta falta de respeto y sus groserías! (Monta en cólera).
(S2 no comprende cómo se llegó a esa situación. Se persigna. Da media vuelta y se va).

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